iMac: El computador que salvó a Apple.
Hoy en día, al hablar de Apple, la asociación con las marcas iPhone, iPad e iMac es casi instantánea, y reconocer el éxito de la compañía es indiscutido.
Pero si volvemos a la época de 1997, y al momento en que Steve Jobs regresó a Apple como CEO interino y se hizo cargo de la compañía, la situación era absolutamente opuesta; crisis financiera, carencia de identidad de marca, y productos que no ofrecían gran innovación y diferenciación respecto a la competencia. Apple era una empresa al borde del abismo. De hecho, la compañía se encontraba solo a meses de la bancarrota.
Desde el punto de vista del marketing, la estrategia de Jobs fue trabajar sobre los pilares que históricamente fueron la fortaleza de la compañía, pero que en ese momento se encontraban enterrados y sin una visión clara; La marca Apple y sus valores, Mac OS como el beneficio que hacía de un Mac “un Mac”, y un foco especial a los segmentos de mercado profesional-creativo y educacional, que seguían estimando a Apple por sobre a la competencia. Desde el lado de los productos de hardware, Jobs y compañía se enfocaron en la diferenciación a través atractivos diseños pensados en los estilos de vida de los consumidores. Esta simple estrategia permitió pasar por sobre la guerra de especificaciones técnicas del resto de fabricantes de computadores, y poner el foco en lo que diferenciaba a los productos Apple.
Bajo esta nueva estrategia es donde nace iMac, para muchos, el computador que salvó a Apple.
Sin duda, en el contexto de esa época, la idea del iMac era arriesgada. Su gran fortaleza fue su diseño, que lo diferenciaba absolutamente del resto de la categoría, y volvió la mirada de los medios y los consumidores hacia Apple.
Para desarrollar el icónico naming (con la “i” en minúscula) la agencia de publicidad CHIAT-TWB, se inspiró en las palabras “Internet, innovación, inspiración, instrucción, individual e informar”.
Durante la presentación, Steve Jobs destacó los puntos más espectaculares del nuevo iMac; el esplendor de su carcasa translúcida color Bondi Blue, sus especificaciones técnicas, su facilidad de uso, el tamaño de su pantalla, pero sobre todo, el hermoso diseño comparado con la fealdad de la competencia. Entre risas y aplausos, Steve estaba en lo cierto; el iMac parecía traído directo desde el futuro.
Es evidente que el éxito del primer iMac condicionó los futuros nombres para productos y servicios Apple, y la “i” se convirtió en otro asset de marca de la compañía. Luego del iMac, siguieron otros éxitos como iBook, iTunes, iPod, y el resto, ya es historia conocida.