GM vs Ford
La historia del diseño industrial y la experiencia de las empresas más exitosas del mundo demuestra el valor del diseño. El diseño, tiene la capacidad de impulsar las ventas de productos de consumo, y en varios casos, se ha vuelto “en producto en sí” en las mentes de los consumidores.
El marketing moderno a validado esta verdad. En el sector automovilístico, la historia del Ford T de Henry Ford es el ejemplo perfecto: Era notoriamente poco atractivo, pero vendió más de 15 millones de unidades. Sin embargo, cuando en 1920 General Motors creó el “Art & Colours Department”, y luego introdujo atractivos y coloridos modelos Chevrolet, Ford fue rápidamente sobrepasada en ventas anuales.
El entonces presidente de GM entendió claramente que la apariencia y el estilo contribuían a una mayor venta de automóviles, y la industria descubrió que sin realizar mayores cambios en la tecnología base, ingeniería y funcionalidad, podía crear diferentes modelos de autos simplemente cambiando la forma, estilo y apariencia.
General Motors tuvo la capacidad de crear cinco marcas separadas; Chevrolet, Pontiac, Oldsmobile, Buick y Cadillac, cuyos modelos compartían no solo partes mecánicas, como el motor, transmisión y frenos, sino que también partes estructurales del cuerpo del automóvil. Decenas de diferentes modelos GM fueron construidos con las mismas bases estructurales, pero a la vez cada modelo se diferenciaba gracias a características estéticas como parachoques, luces, carrocería y variedad de colores. Esto permitió desarrollar el concepto de marketing “Annual Model Change”, ajustando y refrescando el diseño exterior de los modelos cada año, pero manteniendo la tecnología base y funcional. De esta manera, cada año habían nuevos diseños destinados a personas que buscaban “algo nuevo”.
Hasta el día de hoy, el diseño y la apariencia son los drivers de consumo más potentes detrás de la decisión de compra de un automóvil.